lunes, 23 de febrero de 2009

De la rápidez de los acontecimientos...

Las cosas suceden tan rápido, a veces ni nos percatamos que ocurren, a veces es demasiado tarde para enterarte de que algo sucede, a veces lo sabes tan rápidamente que parecería que somos telepáticos y adivinamos que algo pasa con nuestros seres queridos...
Pasa todo tan rápido, el sufrimiento, el dolor, la enfermedad, el desasosiego, el "amor", la amistad, la agonía, la preocupación, la incertidumbre...
Pero a la vez es tan lento...a veces tan suave e imperceptible que me llego a preguntar, ¿dónde estoy que no me percato? o ¿cómo puedo enterarme de todo tan rápido? Agradezco hacerlo rápido, agradezco cuando todo viene y va rápido, pero también extraño la lentitud de los años de infancia, donde los años pasaban tan despacio...
Agradezco hacerlo rápido para actuar a tiempo, ayudar a un amigo, darle una sonrisa en el momento difícil, pasar al dolor casi sin ver, dejar de lado la enfermedad sin penas...
Pero a veces quisiera que todo pasara despacio, para disfrutarlo, saborearlo de a poco, descubrirlo en su totalidad, tener esa sensación de que la eternidad es para siempre y que siempre hay un mañana no muy lejano, en el que las cosas pasan...esa paciencia o ignorancia infantil de que el tiempo pasa despacio y sin dolor...
A veces soy tan ambivalente...todo cuando nos conviene, ¿no es cierto?, y la vida al final no es así, todo es un momento, un instante en el que se da la oportunidad de decidir si gozar o sufrir y a veces es tan complicado elegir....

1 comentario:

Anónimo dijo...

Goza.